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Segundos pilotos: ¿Rivales o escuderos?

Hay dos clases de pilotos en la F1: campeones y escuderos. Hablemos de los segundos, que pueden batallar o aceptar su destino como segundos.

Michael Schumacher -izquierda- y Rubens Barrichello -derecha- abrazándose en el podio. (Tomado de redbull.com).


“Tu compañero tiene más ritmo”, “reduce la velocidad”, “no intentes batallar” … Estas son las típicas frases que escuchamos en la radio de los pilotos, cuyas víctimas son los escuderos. Esas sencillas palabras serán el detonante de una gran polémica que dividirá a los espectadores en dos bandos: por un lado, está el público que encuentra coherencia en las decisiones de la escudería. Por otro lado, aquellos que conservan la esperanza de que su piloto se rebele contra el equipo y obtenga un campeonato “no autorizado”. En definitiva, todos los fanáticos buscamos acción y lucha en las carreras; sin embargo, la controversia es inevitable. Pero ¿por qué protestamos exactamente?, ¿acaso no es ese el rol que cumple y siempre ha cumplido el segundo piloto?


Este escenario en el que se prioriza a un piloto por encima del otro no es una tendencia de la última década, siempre se ha presentado. Para ejemplificarlo, es conveniente remontarnos al año 1956, cuando Peter Collins estaba a punto de ganar el campeonato. Antes de lograrlo, a su compañero de equipo, Juan Manuel Fangio, se le averió el auto. Por consiguiente, Collins procedió a cederle su propio carro al que ya era tres veces campeón, para con esta carrera, sumar un nuevo título mundial a la lista. En otras palabras, Collins, literalmente, le entregó su campeonato a Fangio.


Peter Collins viendo a Juan Manuel Fangio listo para correr. (Tomado de: panathlondistrettoitalia.it).


Si en la actualidad hubiéramos visto un caso así de insólito, de seguro que los fanáticos de la Fórmula 1 habríamos sido suficientes para desencadenar la Tercera Guerra Mundial. Cualquiera pensaría que la convivencia dentro del equipo se haría cenizas. Para muchos sería una gran sorpresa enterarse de que el acontecimiento real fue exactamente lo contrario. Las palabras de Peter Collins fueron: “Siga usted, maestro. Yo tendré tiempo para ganar otros campeonatos en el futuro”. Nunca ganó.


Como podemos ver, el papel del segundo piloto y el del automovilista estrella siempre ha estado ahí. Aunque no se estableciera de manera oficial, pero cada quien sabía cuál era su lugar. En el caso de Collins, el británico sacrificó todo voluntariamente por respeto a la jerarquía.


Aquella práctica de compartir el vehículo era común en la época. Lo cierto es que algunos pilotos y equipos ganaban mucha ventaja por la escasez de limitaciones de la máxima categoría. Poco a poco, la Fórmula 1 fue moldeando sus normas y protocolos, siendo 1958 una de esas fechas históricas cuando se creó el campeonato mundial de constructores. Desde ese momento, los pilotos de cada escudería corrían también por un objetivo en común. A pesar de que fue un buen primer paso para organizar la competencia, aún había mucha desigualdad...


Antes, era permitido contratar la cantidad de pilotos que se pudiera. Algunos equipos ganaban, entre otras cosas, porque "las matemáticas los favorecían". Es decir, una escudería que contara con 4 pilotos, por ejemplo, claramente tenía más probabilidades de ganar que aquel constructor que tuviera un solo piloto.


Esta situación dio un giro en 1981, cuando se firmó por primera vez el Pacto de la Concordia. Se trataba de un acuerdo en el que cada escudería debía competir única y obligatoriamente con dos automovilistas (cada uno en su respectivo monoplaza). Si alguien no podía correr por algún motivo externo, debía ser reemplazado por el "piloto de reserva" como lo vemos hoy en día.


Alineación de pilotos 2023, dos por cada equipo. (Tomado de gq.com.mx).


Desde entonces, los equipos deben tomar una crucial y estratégica decisión sobre la alineación de pilotos más apropiada para ellos. La mayoría de las veces escogen a un conductor dominante junto a otro sumiso y eficiente. En otras ocasiones, se eligen a dos pilotos considerados del mismo nivel y que definan en la pista quién es el mejor. Sin embargo, la última opción puede llegar a ser contraproducente, pues si a dos pilotos se les da la libertad de luchar por un título, ambos harán lo que sea para conseguirlo, incluso arriesgando puntos para el equipo, colisiones, declaraciones hostiles, daños en los autos y eso sin hablar de las millonarias consecuencias económicas que implicaría reparar esos daños.


Ayton Senna y Alain Prost chocan cuando Senna estaba a punto de liderar la carrera, lo que definiría el campeonato. (Tomado de lat.motorsport.com).


Así lo vimos en múltiples ocasiones con rivalidades entre compañeros como: Senna-Prost, Hamilton-Alonso, Hamilton-Rosberg o Vettel-Webber. Por supuesto que a través de la pantalla el espectáculo que nos regalaban era impresionante. Pero, colocándonos en los zapatos de los equipos, ¿vale la pena?



Si una escudería tiene la posibilidad de acumular victorias gracias a un estratégico trabajo en equipo, contratando escuderos como Coulthard, Barrichello, Trulli o Bottas, sin provocar daños mayores, ¿por qué no hacerlo?

Christian Horner -derecha- y Max Verstappen -izquierda- hablándole a Sergio Pérez -centro-. (Tomado de Marca.com).


El claro ejemplo en la actualidad es el doblete Max Verstappen – Sergio Pérez. A pesar de que Red Bull no se llevó el título de constructores en 2021, el mexicano cumplió un buen papel de segundo piloto en ese año, llegando a hacer grandes aportes para el campeonato del neerlandés. Los problemas llegaron cuando Pérez se convenció de que lo que había hecho, más allá de su trabajo, había sido un favor, y esperaba ser retribuido. Sin embargo, las cosas no se dieron de esa manera porque, sencillamente, los papeles no se intercambian. Segundos pilotos como Pérez o Peter Collins no tienen por qué colocarse por encima de sus compañeros. Tal vez esa sea la razón por la que el hombre de Red Bull se ha visto deficiente en plena temporada 2023, porque se ha salido de su función, pretendiendo cumplir un papel que, por ahora, no le corresponde.


Desde mi punto de vista, cada uno debe cumplir el rol que se le asignó partiendo del momento en el que firmó su incorporación a la máxima categoría. Al final del día, todos los integrantes del equipo se van a beneficiar entre más puntos sumen para el campeonato de constructores. Pero, si el segundo piloto no cumple correctamente con su labor de proteger al primero, estaría saboteando a toda la estructura para la que trabaja.

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