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En busca de la segunda oportunidad.

Después de las declaraciones de Franz Tost, jefe de equipo de AlphaTauri, quedan incógnitas de cuál hubiera sido el futuro de Mick Schumacher en la Fórmula 1.


Foto tomada de: Lars Baron

La “Silly Season” o temporada de fichajes del 2022 fue una de las más controversiales de los últimos años. Sebastian Vettel anunció su retiro de la Fórmula 1 después de 16 años en la categoría, Fernando Alonso decidió tomar nuevos aires e irse a Aston Martin y Oscar Piastri le cerró la puerta a Alpine de una manera estrepitosa y se fue a McLaren.


Una de las víctimas de esta “Silly Season” fue Mick Schumacher, llamado a ser promesa del deporte. Después de perder su puesto como piloto de Haas en vista del regreso de Nico Hulkenberg, Mick no tuvo otra opción que ser el piloto reserva de Mercedes para permanecer en la Fórmula 1.


Pero ahora, a puertas de la nueva temporada de la Fórmula 1, el rimbombante nombre de Schumacher vuelve a estar en boca de todos. Franz Tost, jefe de equipo de la escudería AlphaTauri, declaró que estuvo muy cerca de contar con el alemán para ser piloto del equipo hermano de Red Bull. Tost contó para RTL que “habría sido feliz si Mick hubiera podido subirse al coche” y que “ya era un tema de conversación” de que el alemán ingresara a AlphaTauri. Pero no se llevó a cabo, ya que Schumacher seguía estando en la academia de pilotos de Ferrari, relación que rompió a finales del año pasado.



¿Mick merecía esa oportunidad? Si bien Schumacher se ha labrado una trayectoria en la Fórmula 1, no ha sido de las mejores. Echemos un repaso a los datos de la carrera de Mick en estos dos años que ha pilotado para Haas:


En su temporada debut no logró puntuar en ninguna carrera. Pudo superar a su compañero de equipo, Nikita Mazepin, y con todo respeto, es un hecho que no hay que celebrar con bombas y confeti. Ese fue el único consuelo del año 2021 para Mick. Yo esperaba una temporada más sólida por parte del hijo de Michael Schumacher, pero tal vez la expectativa iba acompañada de esa frase: “el hijo de Michael Schumacher”.


Mick afrontaba su segunda temporada, pero con diferente compañero de equipo. Mazepin tuvo que dejar la Fórmula 1, y en su reemplazo llegaba Kevin Magnussen. Se esperaba que el prospecto superara la experiencia, pero no fue así. Si lo vemos en números, la diferencia a final de año fue de doce puntos, pero en la Fórmula 1 hemos aprendido que la diferencia se ve cada fin de semana. Magnussen apabulló a Schumacher, y sacó una clasificación como adicional en Interlagos, siendo la primera para su equipo (Hablando de la Pole de Haas en Brasil).


Schumacher tuvo como mejor posición una sexta posición en Austria y una octava en Silverstone, dando como resultado 12 puntos. Desde mi perspectiva, ver esta situación del teutón era triste. No sé si veníamos de temporadas donde Charles Leclerc, Lando Norris y George Russell siendo debutantes dejaron la vara muy alta, pero veíamos un escenario completamente distinto al del alemán.


Leclerc en su primera temporada oficial como piloto pudo puntuar en 10 ocasiones y cautivó con su adelantamiento a Hulkenberg en Japón, Lando Norris obtuvo en su temporada 'Rookie' 49 puntos y con el peso de reemplazar a Fernando Alonso pudo llegar a deslumbrar y consolidar a McLaren como la mejor escudería del resto. Y George Russell con su Williams es un caso aparte, y este es con el que más podemos comparar a Mick.



George Russell llegó a Williams en el año 2019 después de ser campeón de la Fórmula 2 con una gran expectativa. Cabe recalcar que Williams F1 Team no estaba en las mejores condiciones automovilísticas y mucho menos económicas. Todo muy parecido con respecto a Schumacher, ¿cierto?. Desde acá comenzamos con las diferencias. Estuvo por delante de Kubica (su compañero en ese entonces) toda la temporada, tomando los sábados como su día estelar. Su capacidad de adelantamiento en este año fue digna de mencionar, superando a pilotos como Kimi Raikkonen y Antonio Giovinazzi, los dos Alfa Romeo, en seis ocasiones.


Ahora la situación de Mick se esclarece un poco, ¿no?. Tener en cuenta los casos de pilotos que han logrado acoplarse a la Fórmula 1 en una o dos temporadas para analizar el caso de Schumacher puede servir para dar con la respuesta a la incógnita de sí Mick se merecía la oportunidad de estar en 2023 en la máxima categoría del automovilismo.


Las expectativas de fantasía que construí cuando se anunció la llegada del hijo de Michael a la categoría fueron sublimes. Recuerdo haber imaginado que el alemán en su tercera temporada como piloto de la Fórmula 1 ya debería estar en un equipo con mayor proyección que Haas que le permitiera catapultarse a la Scuderia Ferrari. Pero no, nada más lejos de la verdad. Si pudiera hablar con el Santiago del 2021, le diría que esa imagen de Mick Schumacher vistiéndose de rojo tendría que esperar un buen rato.


Sin embargo, Mick no es cualquier aparecido en la escena. Sus capacidades de pilotaje que fueran demostradas en la Fórmula 2 no pueden dejarse de lado. Podemos estar seguros de que la calidad está ahí, pero no pudo proyectarlo en un monoplaza de Fórmula 1. El alemán tiene una prueba de fuego este año, y es concentrarse en volver. Es un piloto codiciado en la parrilla, y tiene oportunidad de estar en el top 3 como piloto de reserva de Mercedes.


Mick tiene talento, pero por el momento no tiene cabeza para estar en la Fórmula 1. Darle la oportunidad esta temporada de pilotar era un sabotaje a sí mismo. La presión que se mantiene en ser competitivo y cumplir las expectativas que se construyen alrededor del piloto es demandante. Y estoy seguro de que las expectativas estructuradas por ser el hijo del Kaiser eran casi imposibles de cumplir.


El error que cometemos los espectadores y periodistas que les gusta hablar del deporte es darle más relevancia a algo que tal vez no lo merece, o darle expectativas sobrevaluadas a personas que están buscando un espacio para brillar como cualquier otro piloto. Para lo bueno y lo malo, debemos ser realistas con la situación de Mick, no consideremos como fracaso que no tenga equipo, pero no obviemos que la situación no pinta del todo bien. Debe encontrar su puesto si hace méritos para ello, no solo por promesas.


La situación de Mick en la Fórmula 1 necesitaba de un descanso, y el teutón no merecía quemar su talento mientras mentalmente no puede dar todo de sí. El año 2023 es un nuevo camino y una nueva oportunidad para redirigir su carrera, y tiene que buscar dentro de sí esta faceta que vimos en años anteriores. También, desde mi perspectiva, su situación desligada de la academia Ferrari le da nuevas puertas para conseguir un puesto el otro año, abriendo sus horizontes a toda la parrilla, lo mejor para un piloto que busca una oportunidad para volver a hacer lo que más le gusta: correr.


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