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Sin lugar para el talento

En los últimos años, donde la Fórmula 1 se ha convertido en uno de los deportes con mayor crecimiento de audiencia y ganancias de la última década, hay cosas que muchos aficionados nuevos de este deporte y del mundo automotor no conocen y, con decepción, sorprende. Como, por ejemplo, y es el caso que vengo a exponer, que no siempre los mejores pilotos están compitiendo en la mejor categoría, como debería ser. Y, lamentablemente, Oscar Piastri injustificadamente está pagando las consecuencias de la crueldad que tiene la Fórmula 1 con sus jóvenes talentos.


Oscar Piastri, piloto australiano de 20 años, desde 2019 ha ganado todas las competiciones en las que ha tenido la oportunidad de correr, y todas como “rookie”; primero ganó la Fórmula Renault Eurocup en 2019, luego la Formula 3 en 2020 y terminó el 2021 ganado la Fórmula 2 con 2 carreras de antelación y ganando el premio del “rookie del año” de la FIA. Todo eso con tan solo 20 años. 20 años. Lo repito, y lo repito en mi cabeza mientras escribo esta columna, porque no me cabe en la cabeza que Piastri no vaya a estar la próxima temporada sentado en un monoplaza de Fórmula 1 y corredores que no tienen ni siquiera 1 de los 3 títulos de campeón que posee el australiano estén por encima de él.




¿Qué explicación tiene? La única que encuentro, y que todos en el mundo automotor saben, pero no se atreven a hablarlo a voz alta es el dinero. Porque, lastimosamente, en la Fórmula 1 no pasa como en otros deportes que un niño prodigio puede llegar a ser el mejor deportista de esa disciplina de la historia gracias a su talento y dedicación. En la Fórmula 1, a parte de ser muy talentoso y muy disciplinado, hay que tener un músculo económico bastante jugoso para llegar a siquiera competir entre los mejores. Y aunque Michael Schumacher en su momento no hubiera tenido mucho dinero e igual logró tener un asiento con Benneton, eran otras épocas. Épocas en las que el poder mediático y económico no opacaba del todo el talento deportivo. Hoy es diferente.


Es por esto que vemos pilotos como Nikita Mazepin, que sus logros antes de llegar a la F1 no son más que dos subcampeonatos en CIK-FIA y Fórmula 3 pero que gracias a su multimillonaria familia (dueña de la empresa Uralkali, principal patrocinadora de Haas) tiene un puesto en la F1. Muy similar es el caso de Guanyu Zhou, qué aunque el chino tiene más victorias que el ruso, no tiene títulos de renombre de ninguna de las categorías previas a la F1 que lo hagan más merecedor del puesto que a Piastri, que fue su compañero de equipo la anterior temporada en la F2 (Piastri fue el campeón).



Admito que esto me duele y me hace querer un poquito menos este maravilloso deporte. Piastri este año será piloto de reserva de Alpine, hasta él hablando de eso en la Gala de fin de año de la FIA lo decía decepcionado. Se notaba que estaba más que listo para subirse al monoplaza más rápido de la FIA.


Nosotros también estamos decepcionados, Oscar. Pero no de ti, sino de los que prefieren el dinero por encima del buen espectáculo.

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